Daniel Müllensiefen, psicólogohizo un estudio llamado ‘Science Behind the Song’ mediante el cual pudo confirmar que más del 40% de las personas de las 2000 encuestadas afirmaron que escuchan música mientras tienen relaciones sexuales.
La investigación también confirmó cómo diferentes ritmos en nuestro cuerpo generan estímulos, así como la forma de actuar de las hormonas respecto a los distintos tipos de música.
– La música electrónica: estimulan las hormonas energéticas, que al liberarse en el cuerpo generan hiperactividad.
– El heavy metal: Dicen que va a quedar inmóvil de tanto placer luego de un sexo duro. Este tipo de música influye en los hombres que segregan más testosterona y embrutece el deseo sexual.
– El reggaeton: No es tan afrodisiaco como parece. Según el estudio, escuchar este tipo de música daña la parte simpática del hipotálamo, disminuye la capacidad cerebral y la memoria a corto plazo.
– El rock: mejora el estado de ánimo y la sensación al practicar sexo mientras suena AC/DC es parecida al efecto embriagador del alcohol.
– Música pop y disco: Sus efectos generan alegría.
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