Frente a la decisión de salir de Megadeth, Friedman dijo que un día se dio cuenta en un hotel que la música metal ya no lo llenaba: "La pasaba tocando temas de música japonesa […] Y pensé que era una gran falta de respeto interpretar cosas viejas que ya no le llaman la atención a uno […] Hacer dinero con los fans por tocar cosas que ya ni siquiera disfrutas no sentaba con mi estilo", afirmó.
Desde ese momento consideró que había llegado a su límite y le avisó a sus compañeros de banda que en 3 meses ya no continuaría con ellos. "Creo que era demasiado", declaró, "soy el tipo de hombre que no puede fingir muy bien. No era muy educado [salir así de la banda] pero ya simplemente no podía seguir haciéndolo [tocar para Megadeth]".
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