Durante un partido de rugby en el liga de Queensland, Australia, un jugador se bajó sus calzoncillos y alertó a los árbitros del presunto incidente en el que Anthony Watts le habría mordido el pene.
La víctima se negó a hacer una queja oficial pero el gerente de operaciones del equipo, Tom Marzella, confirmó que estaban revisando imágenes del partido y podrían imponer una sanción a Watts.
Watts declaró: "Niego absolutamente que haya mordido a ningún jugador. Ahora, si ha habido algún contacto a esa área particular del cuerpo de este caballero, lo lamento".