Lo insólito es que pese a los múltiples cuidados de su mujer, Ignacio le es imposible responder a su mujer. “Ya habla con la gente, gasta bromas a las enfermeras, vuelve a gritar con el fútbol como hacía antes, pero conmigo sigue como un vegetal. Pasa de mí completamente y ni me contesta cuando le pregunto”, se lamenta Marta.
El propio Ignacio reconoce ante la prensa que “es algo de mi organismo, se ve que he quedado así después del accidente”. Cuando le preguntan si puede verla, el contesta “¿Qué pasa? ¿Ha dicho algo? Es que yo no me entero”.
Los médicos afirman que el paciente está físicamente recuperado, aunque sigue con problemas psicológicos derivados al traumatismo.
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