Hace quince años, una pequeña empresa familiar recuperó las reservas de un viejo té en un restaurante de Hong Kong que había cerrado. En los últimos veinte años, los precios del viejo pu erh se han disparado. China ha potenciado su redescubrimiento y cultivo de este té de lujo, un producto que a veces se compara con un gran vino y es fuente de orgullo nacional.
"Es como magia", declara a la AFP el director de la empresa Lam, Sam Lam, al hablar de la subida del precio. "Puede sentir el gusto que deja en el paladar, su suavidad", expresa mientras prepara la bebida según el ritual chino. El agua hirviendo se vierte en las hojas en una tetera minúscula y después en todas las tazas. La primera agua se desecha porque ha servido para "lavar" las hojas.
"El crecimiento cayó durante la crisis económica" de 2008, "pero sigue funcionando bien", indica Sam Lam. "Como los precios suben, la gente compra cada vez menos para beberlo y cada vez más como inversión o para coleccionar".
Según el diario estatal Global Times, un lote de pu erh se vendió en 2002 a 250 dólares estadounidenses el gramo.
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