Los condones habían sido robados mientras los transportaban a Japón, hace dos meses. Habían sido colocados en un contenedor en una fábrica de Malasia. Pero cuando llegó a Tokio, no había nada en su interior.
Los delincuentes, supuestamente, los estaban almacenando para venderlos y el precio del cargamento no era nada despreciable: 1 millón y medio de dólares.
El jefe de la policía, Mohamad Shukri Dahlan dijo que algunos de los sospechosos trabajaban para la compañía que transportaba los preservativos. Ahora les esperan 10 años de cárcel si son declarados culpables de corrupción.
Los condones van a ser enviados de vuelta a uno de los primeros fabricantes de preservativos de Japón, Sagami Rubber Industries, que es la compañía más grande del rubro en ese país, fundada en 1934.
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