Los bomberos acudieron al lugar para evitar que las llamas se propagaran a propiedades cercanas, cuyos propietarios sí habían pagado.
Paulette Cranick, quien vio calcinarse su vivienda, afirmó el miércoles que no culpa a los bomberos que llegaron al lugar, pues dijo que sólo cumplían órdenes. Dijo que su familia había pagado la cuota de 75 dólares anuales en otras ocasiones pero que simplemente habían olvidado hacerlo últimamente.
Cranick, de 67 años, dijo estar agradecida de que nadie haya resultado lesionado por el incendio, que ocurrió la semana pasada y destruyó el remolque en la región rural del noroeste de Tenesí.
»No los puedes culpar porque ellos hicieron lo que su jefe les ordenó. He recibido llamadas de bomberos que me ofrecieron disculpas», dijo Cranick a The Associated Press.
El condado no tiene servicio de bomberos, pero los habitantes de la región rural pueden pagar una cuota para obtener el servicio de la localidad cercana de South Fulton.
Su nieto Lance Cranick, de 21 años, quien vivía con ella y su marido, provocó la conflagración accidentalmente mientras quemaba basura en un barril.
Entró a la casa a tomar un baño y al regresar vio que un cobertizo junto a la casa estaba en llamas. El fuego se extendió a pesar de sus esfuerzos para apagarlo con una manguera de jardín.
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