Los vecinos del edificio donde vive Norris se quejaban desde 2006 por los golpes en las paredes y los gritos.
Los vecinos también se quejaban porque Norris tomaba sol desnuda en su patio, y les molestaba que un niño de seis años que vive en el edificio tuviera que escuchar "el tipo de obscenidades que uno no quisiera que llegaran a oídos de un niño de seis años", dijo el vocero.
"Ella es la clásica vecina de pesadilla", dijo Taggart, y destacó que el problema no era el sexo. "Se trata de permitir que los vecinos lleven una vida normal y decente sin ser perturbados".
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