Tiempo después, Samantha descubrió que él le era infiel con una amiga y una noche, mientras ella trabajaba, su marido se fue de casa llevándose todo.
"Si pudiera, lo tomaría -al riñón- y se lo daría a otra persona", afirmó Samantha al Daily Mail. "Lo odio", agregó.
"Nunca quise que ella me donara su riñón, porque suponía un gran riesgo, pero ella insistió y yo siempre le deberé mi vida", asegura Andy, de 45 años, que niega tener un romance con la amiga de su esposa.
La mujer solicitó el divorcio dispuesta a rehacer su vida.
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