Para Chloe, de 40 años y casado con Renee, los cambios que se produjeron en su cuerpo, a raíz de la picadura de abeja, fueron el impulso que necesitaba para dar el paso hacia la transexualidad. Según confió en el mismo programa, siempre había sentido cierta tendencia a sentirse como una mujer, y la disminución de testosterona que le provocó la picadura le decidió a someterse a una operación de cambio de sexo.
Cuenta que le empezó a cambiar la piel, la musculatura, la masa corporal, a crecer los pechos, y lo que para muchos se hubiese transformado en un trauma, para él fue una grata sorpresa. “Me gustaban los cambios”, admitió.
Según confesó, desde que era niño ya le apasionaba vestirse como una mujer, pero probablemente no se atrevió a mostrarse tal cual era antes por miedo a no ser el hombre que sus padres esperaban que fuese, con la esperanza de que ese sentimiento desapareciera, aquello que consideraba un “fetiche sexual”.
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