¡Si no es sufrido, no es América! 👹 La pasión que nos enferma (y amamos): editorial Tato Cepeda

América de Cali y Tato Cepeda // Fotos: Instagram

¡Si no es sufrido, no es América! 👹 La pasión que nos enferma (y amamos): editorial Tato Cepeda

Qué paridera la de anoche y Tato Cepeda lo describe perfectamente en este editorial.

Santiago Sánchez

¿Qué les digo? Otra vez con la misma novela. Desde que tengo uso de razón, con el América es pura paridera, pura sufridera. Y me da una rabia que sea así, porque uno sabe que tenemos equipo, que llegamos al arco rival, pero ¡nada que se concreta! como si Dios quisiera mamarnos gallo y le gustara vernos sufrir. 

Mire también: Liga Betplay 2025: así quedó la tabla de posiciones tras la fecha 20

Anoche, mis sentimientos estaban más encontrados que yo en un pogo de Rock al Parque. Por un lado, tenemos a un crack como Juan Fernando Quintero, un tipo que con un tiro libre, un tiro de esquina, un pase de lujo, deja a cualquiera de frente pa’ que la meta, o que con esa zurda mágica te revienta el arco (como pasó anoche, que palazo crack). Pero, ¿cómo es posible que el huracán nos haga la tarea, nos dé una mano, y al minuto 75 nuestro propio arquero, Jorge Soto, se manda semejante embarrada ¡Sí, entre lágrimas pidió perdón al final, pero es que me pregunto: ¿QUÉ HP PASA CON LA MALDITA CONCENTRACIÓN? 

¿Por qué esa cabeza nos juega siempre en contra? ¿Por qué no nos creemos el cuento completo? Son las preguntas de siempre, lo sé, pero en estos partidos, ¡necesitamos el doble de concentración, el doble de juicio táctico, el doble de compromiso. Y ni hablar de Duván Vergara anoche, más desconectado que nunca, queriendo ser el héroe y el salvador en cada jugada. ¡Falta de cabeza fría y de entender el momento, carajo! No sé qué le diría Polilla, pero yo le meto su levantada jajaja.

La montaña rusa de la pasión ‘Escarlata’

Ya más calmado, y después de haber sufrido cada segundo de ese partido, tengo que confesar que ni pude celebrar el gol. Estaba tan negativo que solo pensaba en la eliminación y en el palo que le iba a dar al arquero en redes por el error. Con cada llegada de ellos, veía más lejos el empate y mi cerebro solo repetía, gruñón: “¡Es que empatar es tan mediocre! ¿Cómo no podemos ganar cuando lo tenemos todo? ¡Jueput@, qué rabia, esta historia ya la he visto mil veces!”. Los jugadores de Racing se tiraban al piso, se hacían los lesionados, quemaban tiempo y yo en mi cabeza: “¡Qué huevas estos jugadores, se están dejando manejar los últimos minutos! ¡Ni pa’ eso somos capaces! ¡Alguien que deje de pelear y ponga ese balón a rodar!”.

Y así fue como, al minuto 95, después de una pelota quieta y con la sangre fría que se necesita en esos momentos, Juanfer mete ese balón que pega en otro jugador y el arquero de Racing la tapa, pero el rebote le queda a Jean Carlos Pestaña y… “¡Tenga gonorrea!”, adentro. Esa fue la única frase que salió de mi boca. Me paré con un dolor en la espalda y en la cabeza de tanta fuerza que estaba haciendo, y me puse frente al televisor a esperar que el árbitro pitara el final.

El pitazo llegó y pude respirar de nuevo, mientras pensaba: “No puede ser que yo esté otra vez tan loco por este equipo, me estoy enfermando de nuevo”. Ya me había pasado varias veces en otras épocas, que ver estos partidos me mandaban al médico, jajaja. Y siempre me decía: “Ni a bate, esto no me puede pasar”, y ahí estaba yo, otra vez jodido por este equipo al que amo, sufro y me enferma.

¿Y Juanfer? El “10” que nos hizo felices

Vi lo que dijo Juan Fernando cuando terminó el partido y, la verdad, tengo un montón de sentimientos encontrados. No quiero que se vaya, pero no sé si él esté tan feliz ahí. Él evaluará, pensará, y seguro nos partirá el corazón si decide irse. Pero, de todas formas, nos ha hecho muy felices con esa hermosa camiseta número 9. ¡Gracias, Juanfer!

Tato Cepeda

CONTENIDO PATROCINADO