En abril de 1980 yo tenía 13 años, mi vida transcurría entre partidos de futbol, entrenamientos de natación, baloncesto, bicicleta, televisión, libros y mucha música.
En mi casa del barrio San Joaquín en Medellín, estaba viviendo mi primo Gustavo, a quien todos le decíamos Tavo, hermano mayor de alguien muy cercano a mí y a mi corazón, el que desde muy niños se convirtió en mi hermano, Juan Carlos, a quien le teníamos como apodo, Cuchy.
Crecer con tres hermanas, dos tías, mi abuela y mi mamá, siete mujeres en total, y como única figura masculina, mi papá, que se la pasaba trabajando, fue algo complicado, pero divertido, aprendí a convivir con mujeres, que terminaría siendo muy útil para mí, porque al estar rodeado de ellas, empezás a entenderlas, un poco, además de que me enseñó a hablarles y a relacionarme con ellas, las mujeres, de una manera más natural y respetuosa, es decir, me sentía cómodo con las mujeres, no me asustaba ni me ponía nervioso en su presencia, me sirvieron mucho esas herramientas que la vida me dio, creciendo con muchas mujeres.
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Pero volvamos a mis primos paternos, ambos hijos de mi tía Fanny, Cuchy y Tavo, los dos vivan en Envigado, un municipio a media hora de Medellín, con un hermano menor, que casualmente nació en ese 1980, Andrés, el orgullo de su mamá, el que sacó la cara por los otros dos, mejor dicho, por la familia. La tuvieron difícil, todos en esa familia, tan cercana a mi corazón, también estaba el papá, Adolfo león Gómez.
Adolfo era un buen tipo, muy trabajador, perteneciente a una familia muy adinerada, que decidió desheredarlo, al ver que se enamoró de una muchacha mestiza, con rasgos muy indígenas, y para acabar de ajustar, hacía parte de una familia muy disfuncional, abundante y muy pobre, la familia de mi papá.
Adolfo persistió, se olvidó de la plata, y se casó con Fanny. Pero en silencio, un problema empezó a surgir, a Adolfo le gustaba mucho el traguito, y paso de ser un bebedor social, es decir, los fines de semana con algunos amigos, o en la casa con su mujer, unos aguardientes, acompañados de su música favorita, a ser un señor derrotado por el demonio del alcoholismo, demonio que terminó quitándole a su familia y al final, su vida, muy joven. Mientras este demonio hacía de las suyas, sus dos hijos mayores estaban en la calle, sin control, y relacionándose con personas no muy correctas, o con visiones de la vida muy diferentes, esta familia comenzó a desmoronarse, Tavo, quien empezó con la marihuana, terminó, adicto a drogas terribles como el bazuco, y se convirtió en un habitante de calle que también murió muy joven, Cuchy, el hermano que mi tía Fanny me regaló, murió a los 26 años, en enero de 1994, víctima de las balas del sicariato y el narcotráfico, como muchos miles de jóvenes más, como muchas familias más, que lloraron a sus hijos en esa Medellín terrible de los 90’s.
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Pero regresemos a 1980, yo tenía 13 años y mi primo tavo 17, en ese 1980, mi tía Fanny le pidió el favor a mi papá, de que dejara a Tavo vivir un par de años en mi casa, barrio San Joaquín, para que pudiera terminar su bachillerato en” la cangreja”, así le decían al colegio Salazar y Herrera en el barrio La América, mi papá, a regañadientes y sé que, por presión de Doña Alba, mi mamá, aceptó.
Mi primo es una figura muy importante en mi vida rockanrolera, él me presentó a Black Sabbath, no hay nada más que decir al respecto. Mientras mi primo vivió con nosotros, consiguió muchos amigos, mucho de ellos “de modito” es decir, de platica, algunas de estas familias, muy respetables y trabajadoras, que hicieron fortunas con visión y buenos negocios, pero muchos otros, odio esta palabra, traqueteando, no hay otra forma de describir sus actividades ilícitas, que además eran muy fáciles de identificar estos personajes, por sus modales, comportamientos, lenguaje, formas de vestir, y sobre todo, sus excentricidades.
Estos amigos, le conseguían música a mi primo, y un día cualquiera del mes de mayo de 1980, él llegó a mi casa con un casete grabado que decía, “Black Sabbath, nuevo”, me lo entregó, lo pusimos en mi grabadora Silver plateada, doble parlante, que me gané en una rifa, compré la boleta con el número 80, raro eso, yo nunca me gano nada, problemas tal vez.
Suena la primera canción, Neon Knights, potente, buen Riff, bajo de Geezer Butler cabalgando sobre la batería de Bill Ward, pero, comienza la voz a cantar, nos miramos, ¡no es Ozzy! ¿Qué pasó? Dijo mi primo, ¿será que se equivocaron y no es Black Sabbath? Pero si era Black Sabbath, con su nuevo vocalista, Ronnie James Dio, recuerden, en esa época todo nos llegaba tarde y no teníamos ni televisión por cable ni internet, el caso es que, a mi primo no le gustó, pero a mí, sí, y mucho.
Ronnie James Dio accedió a trabajar con Toni Iommi y Black Sabbath con una condición, que lo dejaran participar en el proceso de composición de las canciones, la letra y la música. Así fue.
Heaven and hell y Ronnie James Dio, le dieron vida nueva a Sabbath, comenzaron los 80’s revitalizados, mientras Ozzy hacía lo mismo con su nueva banda, “The Blizzard of Ozz”, que, por sugerencia de Sharon, terminaría siendo ese el nombre del primer álbum de la nueva banda de Ozzy.
El sonido del disco es impecable, detrás de la consola, Martin Birch, productor de bandas como, Iron Maiden, Rainbow, Black Sabbath, Deep Purple y Whitesnake.
El sonido de las guitarras, más estilizado, el bajo, aun protagonista, la batería, poderosa, y las letras, diferentes pero significativas y profundas, por ejemplo:
The lover of life’s not a sinner
The ending is just a beginnin’
The closer you get to the meaning
The sooner you’ll know that you’re dreaming
“El amante de la vida no es un pecador El final es sólo el comienzo Cuanto más te acerques al significado Más pronto sabrás que estás soñando”.
“The world is full of Kings and Queens
Who blind your eyes and steal your dreams”
“El mundo está lleno de reyes y reinas que ciegan tus ojos y roban tus sueños”.
La canción que le da título álbum es una absoluta joya, es perfecta, hipnótica, atrapante, poderosa y profunda, la voz de Dio con la guitarra de Iommi es un matrimonio perfecto. Yo no extrañé ni un segundo a Ozzy, y con todo lo que lo quería y respetaba, pero Ronnie James Dio me hizo olvidarlo.
Todo el álbum es portentoso, delicioso de escuchar, oscuro, pero brillante, estilizado, pero poderoso, algunas de sus canciones son de mis favoritas de Sabbath, así:
Neon Knights
Children of the Sea
Lady Evil
Heaven and Hell
Die Young
Es de mis favoritos de la banda este disco, además de que me evoca una época muy importante de mi existencia, época en la que ya el Rock n roll hacía de las suyas en mi corta vida, la rebeldía se apoderaba de mí.
En estos días le pregunté a mi mamá que sí había sufrido mucho conmigo en esa época y me dijo: “Pues sí, el tema de no querer estudiar, el pelo largo, la ropa, solo pensar en la música, guitarras, todo eso sí, pero en realidad eras un buen muchacho, decente y muy educado, nunca una mala palabra ni para tus hermanas, ni tías, ni abuelas, ni para nosotros tus papás”. O sea, un rebelde decente, enamorado del Rock n roll hasta el tuétano.
Finalmente, planteémonos algo, ¿que si prefiero a Dio en Black Sabbath? No.
¿Que si me gusta más como cantante Dio que Ozzy? Sí, lejos.
Toda esta historia, para celebrar un aniversario más de uno de mis discos favoritos, el Heaven and hell de Black Sabbath con mi cantante favorito de Heavy Metal, Ronnie James Dio.
PD: El arte, la caratula, todo es hermoso en ese disco, lo amo.
Rock n roll forever my friends!!!
Juan Kiss.
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