
El velorio y posterior funeral se llevaron a cabo en distintos puntos icónicos de la ciudad que vio nacer tanto al artista como a la banda que lideró durante más de cinco décadas. Desde primeras horas del día, seguidores de Ozzy llenaron las inmediaciones del conocido puente de Black Sabbath, donde se encuentra el banco conmemorativo del grupo. Con camisetas, chaquetas de cuero y carteles con mensajes de agradecimiento, los fans rindieron tributo al músico que supo convertirse en símbolo del heavy metal.
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Uno de los momentos más emotivos se vivió en Broad Street, donde la procesión fúnebre fue recibida entre aplausos, flores y canciones. La música en vivo del grupo Bostin’ Brass acompañó el paso del ataúd, que fue ovacionado a su llegada al puente de Black Sabbath.
Durante la ceremonia, Kelly Osbourne rindió un homenaje silencioso pero muy simbólico a su padre. La hija del músico asistió al funeral portando un objeto que durante décadas fue parte inseparable del estilo de Ozzy: sus gafas de sol redondas y oscuras.
Estas gafas, que el artista usó desde sus inicios en los años 70, se convirtieron con el tiempo en un sello característico de su imagen. Solían acompañarlo tanto en conciertos como en entrevistas y apariciones públicas.
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El gesto de Kelly fue recibido con respeto y emoción por los asistentes, muchos de los cuales destacaron la carga simbólica de estas gafas. En un evento marcado por la música, los recuerdos y los tributos, las gafas de Ozzy representaron la conexión familiar, artística y emocional que lo acompañó hasta su último adiós.
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