El heavy metal, con su sonido crudo, potentes riffs y actitud desafiante, fue la voz de toda una generación. Surgido a fines de los 60, explotó en los 80 y alcanzó una madurez feroz en los 90, una década donde bandas icónicas redefinieron el género y dejaron huella imborrable.
El heavy metal es más que un género musical: es un estilo de vida. Se caracteriza por guitarras distorsionadas, baterías demoledoras y letras que van desde lo filosófico hasta lo político. Durante los 90, el metal evolucionó surgen el groove metal, el metal alternativo y el nu metal pero siempre mantuvo esa esencia rebelde que enamoró a millones.
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En esa década, bandas como Metallica, Pantera y Sepultura llevaron el metal a nuevas alturas, combinando agresividad con técnica y mensaje. En una época sin redes sociales, era en los conciertos, las revistas y los CD’s donde se vivía la pasión por este sonido. Hoy, queremos que reviva esa intensidad con cinco canciones que marcaron la historia del metal noventero. Escúchelas acá y deje que el volumen lo envuelva.
El groove metal tomó otro nivel cuando Pantera lanzó Vulgar Display of Power. “Walk” es una verdadera declaración de actitud. El riff de Dimebag Darrell es reconocible al instante y sigue siendo uno de los más poderosos del género. Si esto no lo transporta directo a los noventa, nada lo hará.
Aunque Metallica ya era gigante, este tema consolidó su reinado. Pesado, oscuro y directo, “Sad But True” representa la esencia del metal noventero. Ideal para agitar la cabeza hasta que duela el cuello.
Brasil también tenía voz propia en el metal, y Sepultura la usó para gritar al mundo con Chaos A.D.. “Refuse/Resist” es pura energía, una explosión de ritmo tribal mezclado con riffs que cortan como cuchillas.
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Este temazo es una fusión perfecta entre la velocidad del thrash y la atmósfera más oscura del metal. Slayer no necesita presentación, y esta canción es una obra maestra que merece ser revivida una y otra vez.
El título lo dice todo. Dave Mustaine y compañía crearon una sinfonía caótica que aún hace vibrar estadios. Es imposible no sentirse como en los 90 al escuchar esta joya del Countdown to Extinction.