El hombre de 23 años no le vio problema en pedirle el carro prestado a su jefa para ir derecho al barrio Belén de Medellín, donde inició la fiesta que le salió un poco cara.
Según información de la fiscalía, el pasado 2 de febrero la cuenta ya sumaba 11 millones de pesos en bebidas alcohólicas y servicios sexuales que por obvias razones, el joven no tenía cómo pagar, pero le pareció fácil dejar el carro propiedad de su jefa en prenda mientras salía en busca del dinero que le salvaría la vida.
Después de las “negociaciones”, la propietaria del vehículo logró que le rebajaran la exigencia a 13 millones de pesos, pero acudió al Gaula de la policía para reportar el secuestro.
A la cita de la entrega del dinero llegaron tres hombres que simulaban ser los supuestos secuestradores. Una vez el joven recibió el dinero, trató de huir del lugar pero el operativo del Gaula logó capturar al recién liberado junto a sus secuestradores.
Ahora les tocará celebrar desde la prisión…