Hay formas y formas de probar la funcionalidad de algún producto, y en el caso de los chalecos antibalas, seguro que los protocolos de prueba incluyen disparos a una distancia segura y a algún muñeco tipo crash test dummy, cuando mucho.
Felizmente se puede ver que la protección es efectivamente efectiva (valga la redundancia), y por más que su reacción posterior a la “prueba” sea graciosa, es imposible no dejar de pensar en que este hombre también necesita algún tipo de protección frente a su propia idiotez