En realidad, McGowan es un taxidermista inglés, que probó por primera vez un animal atropellado cuando era adolescente y cocinó una serpiente que encontró al costado de un camino. "Sinceramente, no me gustó mucho", dijo sobre aquel momento inicial, "pero me pregunté cuál sería el sabor del resto de los animales muertos que se encuentran en la zona".
"No estoy haciendo nada malo, ni desagradable", se atajó. "No estoy contribuyendo a la cadena cruel de matanza de animales para el consumo, y además los animales que encuentro están mucho más frescos que los que se venden en los supermercados, que incluyen conservantes y todo tipo de materias inorgánicas", evaluó.
Para reforzar su mensaje ecologista, McGowan aclaró que si no fuera por los animales muertos que encuentra, no comería carne y sería vegetariano.