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Monja deja la iglesia para convertirse en actriz porno de webcam

Luisa Toquica
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Yudi Pineda, una mujer de 28 años proveniente de Ituango, Antioquia, quien fue monja, por más de 8 años, declaró para Caracol Radio que decidió dejar los hábitos para realizar lo que realmente le apasiona, ser modelo webcam.

Pineda, quien tuvo que huir de la guerra cuando tenía dos años, contó para la emisora que:

 “Me fui para Urabá. Soy muy católica. Demasiado. De hecho, cuando me fui para Urabá, estuve en un colegio que visitaban las monjas y decidí entrar a esa vocación. Entré a eso de los 10 años de edad. Duré en el convento ocho años, en el cual me sentí demasiado, demasiado, contenta”.

Cuando estaba en el convento ocurrió algo que le cambió la vida:

“La verdad, conocí un chico que daba la catequesis para preparar a los niños para la primera comunión y me enamoré de él. Entonces ya decidí no estar más en la vocación. Hablé con la hermana y le dije que no era correcto lo que estaba haciendo, me había enamorado, y me salí del convento”.

Después de que salió del convento, Pineda entró a trabajar en Nestlé, lugar en donde conoció a la persona que la envolvió en el mundo de las modelos webcam:

 “Me dejé convencer. Fui a un estudio que queda en Laureles [Medellín], y de una me contrataron. Allá duré seis meses más o menos, por lo que pagaban muy poco porcentaje”.

Pineda continúa su relato:

“Luego de eso, me retiré y conocí a Juan Bustos, una de las personas que llevan más de 10 años en la industria, asesorando y profesionalizando a las modelos. Con él llevo más de un año, en el cual me siento demasiado bien, me ha brindado demasiado apoyo”.

Pineda admitió que es muy creyente y que aún se confiesa, le cuenta a un padre que se desnuda:

“Sí, claro que sí. [Entre risas] De hecho, me confieso mucho con el padre, le digo que me perdone por lo que todos los días entro en masturbación y pornografía”.

Del sacerdote, Pineda dijo que:

“Es una persona que está mucho, mucho, de mi lado y no me juzga. Dice que solamente el que me debe juzgar es Dios, no él. Que todos los seres humanos somos iguales. Ya ni me pone penitencias [entre risas]. Él dice que es perder el tiempo conmigo. La primera vez que yo me confesé con él, me dijo que no lo volviera a hacer, que cambiara de vida, y yo le dije: ‘No, yo no puedo cambiar de vida, porque para mí esto es un trabajo digno y artístico. Entonces, no le veo nada de malo’”.

La mujer, quien dura más de 40 horas cada 15 días haciendo transmisiones sexuales en Internet agregó que:

“Primero me sentía mal, pero, la verdad, ya no. Me siento super bien cuando voy a la iglesia. Siento mucha paz, mucha tranquilidad cuando estoy allá. Cuando entro, trato de entrar lo más decente que pueda, y no falto los viernes al grupo de oración, los sábados de vigilia y los domingos a la misa”.

Sobre su trabajo, Pineda dijo que maneja varios personajes:

 “Todos los días me pongo un vestuario diferente, porque hay para todo tipo de clientes. Me gusta estar siempre variando de ‘look’, de maquillaje, de accesorios”.

Pineda gana un total de 8 millones en ganancias al mes.

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