
Tras su recuperación el gato fue puesto en adopción y a mediados de 2016 fue cuando Molly Lichtenwalner, una joven estudiante, lo vio y decidió darle una segunda oportunidad.
A Otitis le crearon una cuenta en Instagram para registrar su progreso y debemos decir que: por más rudo que sea usted terminará diciendo “Awww” con la sobredosis de ternura que hay en esas imágenes. ¡Muy lindo!
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