“Iba de Kansas a Iowa en abril de 1989, de pronto, un disco volador apareció a lado de nuestra cabina, se parecía mucho a la luna, pero no era, ya que la luna estaba del lado contrario. De pronto cambió de color y la nave extraterrestre se puso roja, brilló durante unos 30 segundos antes de salir disparada y desaparecer”, afirmó el piloto. “Ni el piloto de ese vuelo ni yo, sabíamos que era lo que habíamos visto, pero cuando lo reportamos, nos dijeron que los pilotos no debemos de hablar de este tipo de cosas, nos hicieron jurar que guardaríamos el secreto y ni siquiera a nuestros compañeros se lo haríamos saber. Algo es seguro, virtualmente todos los pilotos creen en naves alienígenas”, agregó.