Se acabó Tinder, el camino a la felicidad amorosa está en un cuestionario relizado por Arthur Aron.
Este científico construyó este cuestionario para ver si podía que hacer que 2 completos extraños quedaran enamorados y lo logró.
Aron hizo un primer intento hace 20 en su laboratorio donde después de que los extraños se respondieran 36 preguntas y pasaran 4 minutos ininterrumpidos viéndose a los ojos, empezaron a salir. 4 meses después, invitaron a todos a su boda.
Mandy Len Catron, escritora en el New York Times, decidió comprobar si esta teoría era verdad y utilizó sus propios conejillos de indias en un bar. ¿Qué pasó?, la pareja está actualmente muy enamorada.
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