Cuando tenía 15 años fue a veranear a Ibiza, donde le hicieron una caricatura. "La caricatura me conquistó de inmediato; sentí celos de ella, era tal y como yo quería ser", ha revelado Butel.
Por eso, los últimos 15 años los ha pasado de quirófano en quirófano sometiéndose a operaciones de estética, para poder alcanzar su peculiar sueño. Según informa el Daily Mail.
Además de las múltiples cirugías, la británica está tan obsesionada por asemejar su aspecto al del dibujo que también se somete a blanqueamientos dentales, inyecciones de bótox, rayos UVA, y también se ha puesto extensiones y pestañas postizas.
A pesar de que ha transformado tanto su imagen que está prácticamente irreconocible, Krystina Butel parece que no se da por satisfecha. "Mi caricatura me hace seguir adelante con mi sueño. Ella es exactamente como quiero ser. Sé que estoy más cerca que hace 15 años, pero siempre hay algo más que pueda obtener con cirugía para parecerme a ella", asegura.
Ahora planea levantase las cejas, ponerse más bótox en los labios y unos nuevos implantes en el pecho. Sin embargo, lamenta que la cirugía no pueda darle todo lo que desea y afirma que le "encantaría que tuviese más posibilidades, que pudiese pedir cualquier cosa, como cuando vas a un restaurante".