
Antes de que subieran, se colocaron cuatro plasmas en uno de los laterales, dando la impresión de que había un vidrio que permitía ver hacia afuera. De esta manera, en la mitad del viaje, se comienza a cortar la luz, y a través de estas “ventanas” se puede ver cómo todo se derrumba.
Algunos se dan cuenta de la broma otros quedan en shock, pero lo más cómoco de todo es que encargados de promocionar el dichoso jugo esperan a las víctimas cuando se abre el ascensor.
¡Tan graciosos los rusos!
¿Qué tal les pareció la broma?