
Nos dedicamos a un deporte en el que creemos que somos buenos y resultamos ser un fracaso; por supuesto, esta sensación produce mal genio y frustración.
En el siguiente video, usted verá a un niño lleno de rabia al ver que la pelota de golf no entra en el hoyo.
¡Procure no reírse de esta rabieta como si lo hizo el papá!