Sin embargo, el artista hace el recorrido desde una de las partes fundamentales de que toda esta diversión sea posible, estamos hablando de los controles que cada uno de estos aparatos ha tenido.
Empezando en la perillita del Teletenis, pasando por el grandioso tridente que tenía el Nintendo 64; todos estos pedazos de plástico y circuitos guardan historias de felicidad.