
Se trata de Fredrik Wikingsson, el sueco afortunado de experimentar esta situación, la cual hace parte de una serie de filmes suecos titulados ‘Experiment Ensam’ (Experimenta Solo), en donde personas solas experimentan situaciones que son usualmente dirigidos a públicos masivos.
Llegó el día y Fredrik entró al teatro. En el momento en el que tuvo que escoger en qué lugar sentarse, el seguidor decidió ubicarse en la segunda fila justo en medio: “Pensé que sentarme en la primera fila sería raro para Dylan. Fui como el hombre que escoge el segundo vino más caro en un restaurante, lo cual es una cosa muy sueca. Pensé que la segunda fila sería ideal”.
“Estuve sonriendo demasiado, era como estar en éxtasis. Mi mandíbula me dolió por horas después porque no pude dejar de sonreír”, afirmó Fredrik. Este show fue grabado por ocho cámaras y se realizará un documental de la presentación de 15 minutos.