
Para lograr hacer esta broma, esperaron a que las personas entraran en una cabina de fotos para llevarse un recuerdo y les dieron un susto que no van a olvidar jamás.
Mientras estaban siendo acosados por dos hombres con trajes ensangrentados que gritaban “¡Van a morir! ¡Van a morir!” la cabina hacía su trabajo y las reacciones de las asustadas víctimas quedaron plasmadas en fotos para la posteridad.