Si va empeloto le regalamos lo que quiera

Laura Moreno
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En el supermercado Priss en Süderlügum un centenar de paisanos en pelota picada arramplaban los productos de las estanterías para aprovecharse de la sensacional oferta.

El dueño del supermercado esperaba más o menos “unos diez clientes”; sin embargo, se encontró con un pelotón de 250 clientes desnudos en la puerta del supermercado.

Algunos de los cien primeros clientes que se beneficiaron con la oferta eran daneses y solo cruzaron la frontera por aprovechar los precios más económicos de las bebidas alcohólicas en el lado alemán

De una u otra forma, la oferta a los compradores nudistas era una hábil maniobra publicitaria de la cadena Priss, que buscaba la atención mediática mediante un recurso que nunca falla: mostrar carne.

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