
Quieren hablar de su nuevo disco (Mechanical bull, previsto para el 24 de septiembre), claro. Pretenden volver a un sonido ligeramente más duro sin salirse de las canciones de estadio. Desde su anterior trabajo uno podría pensar que quieren ser Coldplay, les digo; no contestan, pero Jared sonríe con complicidad. El primer single del nuevo álbum suena bastante pegadizo, es sencillo, comercial… “¿Eso crees? Joder, espero que tengas razón, pero no sabemos escribir canciones comerciales”. Tíos, no tiene nada de malo hacerse millonario con el rock. Ahora sois unos vendidos, pero en unas décadas seréis clásicos. “Bueno, la gente puede escuchar nuestras canciones y pensar: ‘Estos tíos hacen esto para ganar dinero’. Pero si quisiéramos, no sabríamos cómo hacerlo. Tuvimos suerte con un par de canciones, Sex on fire y Use somebody, pero no teníamos ni idea de que iban a convertirse en éxitos”, dice el bajista.
Bromean, pero el cambio tuvo que ser brutal. Tal y como muestra el valiente documental Talihina sky, en el que se retratan sus orígenes con un grado de exposición que roza el límite de lo razonable, desde su enloquecida y ultrarreligiosa madre hasta sus amigos y familiares, verdaderos estereotipos de la América mas redneck, paleta y asalvajada: “Sacar el documental fue una decisión difícil. Había muchos detalles íntimos, pero estábamos hartos de que mucha gente no creyese de dónde veníamos”.
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