Cada cliente se sienta en un inodoro de acrílico (a veces le ponen diseños como flores o pinturas), bajo la mesa hay una tina de baño, y los meseros traen la comida en un inodoro miniatura. Por si fuera poco, las bebidas se sirven en un urinal de plástico (que te puedes llevar como souvenir), y de postre te llevan un helado con forma (y color!) de excremento.
El resto del restaurante está ambientado con tema de baño, y tiene dibujos alusivos en las paredes, así como objetos relacionados colgados de las paredes.