Jiang Wu se quedaba en un hostal de Qingdao, al este de China, pero se emborrachó de tal manera que confundió un contenedor de mercancías con su habitación y se quedó dormido en su interior.
Al despertar, el contenedor ya había sido embarcado en un buque de carga que estaba a punto de zarpar en un viaje de dos semanas hacia Los Ángeles.
Aunque su "habitación" había sido sellada, el desconcertado y resacoso ciudadano se acordó de que tenía móvil y llamó a todos sus conocidos y a la Policía, que llegó rápidamente.
"El problema fue, sin embargo, que no sabía decirnos en qué contenedor se encontraba, y había miles de ellos uno encima del otro", señaló un policía.
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