Smith vivió con dos de sus anteriores parejas y asegura que no tiene ningún impedimento físico para hacerlo, pues los médicos se lo han confirmado en varias oportunidades, simplemente odia el sexo.
“Mis padres tenían una actitud positiva y abierta hacia el sexo. No hay ningún incidente oscuro acechando mi pasado que explique mi aborrecimiento: no he sido abusada, ni maltratada, y nunca he sido obligada a tener relaciones sexuales”, aclaró.
“No encuentro los hombres aborrecibles. Por el contrario, le agradezco su belleza y disfrutar de su compañía. Me gustan los mimos, no me importa besar y anhelo el cariño, pero nada más que eso”, agregó.
Smith ha investigado su caso y ha encontrado que sólo el uno por ciento de la población es asexual como ella. Los porcentajes son poco alentadores, ya que la mitad de estas personas son hombres y un porcentaje más pequeño es gay. “Me he resignado al hecho de que hay pocas probabilidades de encontrar a un hombre”.
Señala con pesar que sus padres no sepan hasta ahora, de su inapetencia sexual. “Ellos creen que no he conseguido el hombre indicado para casarme y tener hijos, no saben que para mí el sexo es una miseria y una penitencia, pero no tengo porque aguantar sólo por hacer felices a los demás”, sentenció.