Después de disparar contra unos policías en un intento de robo, de uno de los siete robos que este ladrón había cometido violentando las puertas de las viviendas y horrorizando a todo el mundo a su alrededor con su aspecto, Jason Barnum, admitió todos los delitos de los que ha sido acusado, como robo de casas y carros, y explicó que esto solo lo hacía con el fin de financiar su adicción a la heroína.
Sin embargo, al llegar a la corte, el delincuente causó temor entre todos los presentes. Barnum tenía la cara cubierta de signos satánicos y esqueletos, en su cráneo sin cabello tenía tatuado una calavera y el globo ocular derecho estaba pintado de color negro.
Jason fue acusado después del juicio de un cargo de intento de asesinato en primer grado y dos cargos de asalto en tercer grado después del incidente con los policías. El juez le fijó una fianza de 500 mil dólares y podría recibir una condena de hasta 15 años de prisión.
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