Esa hinchazón, bautizada como el “efecto pinocho”, provoca un picor que nos empuja a frotarnos el apéndice nasal.
Los mismos médicos examinaron las imágenes del interrogatorio de Bill Clinton durante el escándalo de Monica Lewinsky y descubrieron que, sin estar resfriado, se frotaba la nariz cada cuatro minutos. Para algunos psiquiatras, ese gesto es más revelador que sus respuestas.