Tras el encuentro, Jiang regresó a su casa, se duchó y se acostó a las cinco de la mañana, pero ya no despertó, según la información de Abc.com.es.
La noticia ha sorprendido porque al parecer el joven llevaba una vida bastante sana (él mismo había jugado al fútbol pocos años antes, en el equipo de la universidad), aunque al parecer la falta de sueño, unida al alcohol y el tabaco consumidos con sus amigos durante los partidos de madrugada, debilitaron su sistema inmunitario.
En China, muchos Mundiales y Eurocopas celebran la mayoría de sus partidos en la madrugada de los husos horarios orientales, por lo que muchos aficionados se ven obligados a trasnochar durante semanas para poder seguir estas competiciones, de las que los chinos son grandes apasionados.