Un joven de Estados Unidos tuvo la desgracia de haber nacido con un corazón que no funcionaba correctamente, y esperó durante algunos años a que le donaran uno que le permitiera tener una vida más normal.
El órgano nuevo llegó hace unas semanas, se lo trasplantaron y ahora sostiene en su mano el corazón que le extrajeron de su cuerpo en señal de derrota a la enfermedad.
Su familia se siente muy orgullosa de que haya resistido la cirugía y que ahora se sienta sano.
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