Una funcionaria australiana demandó por daños y perjuicios al Estado después de que un espejo se cayó encima de su cama mientras tenía sexo, durante un viaje oficial. La mujer que se lesionó la nariz, la boca y los dientes, recibirá una compensación monetaria luego de que un juez decidió que “lo ocurrido no fue intencional”.
La empleada estatal pidió una remuneración por daños y perjuicios debido a que el incidente ocurrió mientras se encontraba de viaje por motivos laborales, y afirmó que tener sexo en un viaje es como dormir o bañarse.
Luego de varios meses, el tribunal decidió que la mujer debía obtener una indemnización porque la actividad pudo ocurrir sin la presencia de la mujer, y que no fue provocada con premeditación.
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