Y aunque en algunos países del lejano oriente esta práctica es acostumbrada, en Estados Unidos es considerado un delito, por eso James Louis Wilmert fue puesto a consideración de la autoridad del condado de Kern, al sureste de California.
Los vecinos, alarmados por lo extraños gemidos y chillidos que provenían de la casa vecina no dudaron en llamar a la policía ambiental quienes pensaron que se trataba de otro caso crueldad animal, pero tal fue su sorpresa al encontrarse que el hombre se los estaba cenando.
Actualmente se encuentra en la cárcel de Kern bajo las acusaciones de trato cruel a animales y uso de animales domesticados como comida, ambas consideradas en el estado como delito menor.