Frank Vigh-Larsen, director del Escandinavian Wildlife Park, indicó que el osezno pesa 3,2 kilos, lo mismo que un bebé recién nacido, pero el doble que sus primeros días de vida.
Los criadores bautizaron al cachorro Siku, porque, en groenlandés, significa "hielo del mar". Lo eligieron como símbolo del peligro que enfrentan los osos polares, amenazados por la desaparición del hielo ártico, debido al cambio climático.