Los reclusos del penal de Vaslui, al noreste del país, disfrutan después del casamiento de una visita íntima de 48 horas, y durante todo el año siguiente pueden recibir a su cónyuge en este régimen dos horas cada mes.
Las autoridades de prisiones reconocen que son conscientes de esta original práctica para lograr más tiempo con su pareja.
"No podemos prohibírselo, así que se aprovechan plenamente de la ley que les da derecho a visitas íntimas tras la boda", ha explicado para la agencia Mediafax Nicolae Toma, portavoz del Penitenciario de Vaslui. EFE