“Los tiempos de Noé eran malos, los hombres se mataban por nada. Ahora vivimos en una época similar: hay conflictos militares en todo el mundo y la vida humana no vale nada”, dice Hubert al respecto.
La primera persona en apoyar su iniciativa fue su hija Debra, pero se han unido también otros parientes. La familia lleva ya tres años cortando, puliendo y clavando para hacer el ‘Arca de Noé’ ideal.
La embarcación ya cumplió con su primera prueba de navegación al atravesar 30 kilómetros de Dordrecht a Rotterdam, por lo que recibió el certificado para realizar viajes transatlánticos.