El examen de rayos X que los médicos le realizaron entonces no mostraba la pluma, por lo que nadie creyó la historia que relataba la mujer, señala la revista científica British Medical Journal (BMJ).
Este año, una nueva revisión sí detectó el bolígrafo, que fue extraído por medio de un procedimiento endoscópico que requirió anestesia total.
El esfero no causó ningún daño en el estómago de la mujer, y lo que más sorprende a los médicos es que aún escribe.