
La particular historia la cuenta el propio Masanobu, quien ostenta el récord de mayor tiempo tocándose sin detenerse, desde 2008. "Mi novia sólo tiene menos interés en el sexo que yo. A ella le gusta sólo hacerlo para satisfacer mis necesidades, de manera que yo apelé a la masturbación", señala.
La chica en cuestión, explica sus motivos: "él tiene ese hobby desde hace mucho tiempo. Pone demasiado esfuerzo en su hobby, pero yo también tengo los míos, hago vestidos".
La rutina de este verdadero gran campeón comienza a la mañana con 2 horas de práctica en la sala de apartamento en Tokio.