Lo más sorprendente del caso es que no se trata de un vídeo grabado con las cámaras de seguridad del vagón. Se podría entender que fuesen grabados sin que se diesen cuenta y que estuviesen cegados por el momento de pasión. Todo lo contrario. Son perfectamente conscientes de que están siendo grabados, pero no quieren parar...
En el vídeo se puede a los dos jóvenes con los pantalones por los tobillos (ella sentada en un asiento y él encima de ella) mientras tienen sexo. La que se monta a su alrededor es imaginable. La gente, que no da crédito, empieza a sacar los teléfonos móviles y a grabar la morbosa situación.
Pero a pesar de las risas, de la gente pululando alrededor y de los teléfonos móviles grabando, ellos siguen a lo suyo.