
Las expendedoras son el último desarrollo del programa de seguridad sexual que comenzó en 1989 cuando los trabajadores de la salud empezaron a distribuir condones a los presos antes de que éstos salieran en libertad.
"Puede resultar controvertido", dice el Sheriff Michael Hennessey, "pero creo que el mensaje de una mayor educación en la salud es importante". Algunos dijeron directamente que San Francisco promueve la "violación" en las cárceles.
Y algunos más ingenuos se preguntan si la instalación de estos expendedores no promoverá el sexo en la cárcel. "El sexo ya se practicaba", dice con total acierto Kate M. Klein, que dirige el Departamento de Salud Pública. "Si proveer condones salva una o dos vidas, ya vale la pena", agrega.