La vacante fue ocupada, no quedan chances para ocupar el puesto del "mejor trabajo del mundo" porque Ben Southall, un británico de 34 años que hasta ahora trabajaba para una fundación benéfica, fue el elegido.
La afluencia de candidatos se debe a lo suculento del puesto: más de 75.000 euros de sueldo por promocionar el turismo de la isla paradisíaca de Hamilton.
Además del modesto salario, su cargo incluye una casa en la playa con tres habitaciones, piscina y un carrito de golf, según publica la BBC.