
"No puedes organizar un Mundial sin Brasil", afirmó el responsable del comité organizador, Danny Jordaan, pensando en lo que genera en el público ver a astros como Kaká, Robinho, Luis Fabiano y Lúcio.
Algo parecido le sucede a Cristiano Ronaldo en Portugal. El jugador más caro de la historia del fútbol (94 millones en su transferencia del Manchester United al Real Madrid), rey del regate, la aceleración y los goles espectaculares, parece perder la memoria cada vez que se pone la casaca de su selección.
República Checa, un semigrande que animó las grandes citas en los últimos años, está prácticamente eliminada y Milan Baros, el Maradona de Ostrava, seguramente también mirará el Mundial por TV, algo que aún quieren evitar el togolés Emmanuel Adebayor y el camerunés Samuel Eto’o, dioses africanos enfrentados por un lugar en el Mundial 2010.