El señor de cocorota dañada, de 44 años de edad, indicó a la policía que había secuestrado el avión en la fecha del miércoles, por ser el nueve, nueve del dos mil nueve, pues tenía un significado para él y quería advertir al presidente mexicano, Felipe Calderón, sobre un inminente terremoto.
El presidente se declaró “muy satisfecho por como se resolvió” la situación, sin que se registraran víctimas.
“Supe (del secuestro) cuando el avión estaba en vuelo, a la altura de Veracruz. La prioridad fue hacer aterrizar el avión”, dijo Calderón a la prensa.