Se trata de una vieja disputa entre vecinos. Al parecer, como venganza, Rank-Earley suscribía a su rival, Carla Weigandt, a varias revistas pornográficas entre las que estaban Playboy, Hustler y Penthouse. La mujer acumuló una deuda de 227 dólares e hizo la denuncia a la policía.
Las autoridades lograron rastrear la suscripción como proveniente de la computadora de Rank-Earley.