Una pastelera del Reino Unido se volvió rica y popular tras comercializar originales "tartas de divorcio", que se suelen degustar en fiestas para despedir los matrimonios fallidos.
Fay Millar se llama la cocinera, casada y con dos hijos. Es la dueña de Pink Rose Cakes, un negocio dedicado a "endulzar" los malos momentos de las parejas recién divorciadas.
No son ponquéstan económicos. Cada pastel se vende por un precio que oscila entre los 65 y los 885 euros.
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